I Ching es el nombre que recibe una milenaria técnica de adivinación que tiene su origen en China pero que está muy extendida por todo el mundo a día de hoy. Es realmente muy popular por todas las connotaciones filosóficas que tiene detrás, el misterio de su historia y orígenes y porque utilizado para conocer el destino de una persona es muy efectivo.
I Ching: El Oráculo Chino
La adivinación es el arte de leer e interpretar señales y símbolos para tratar de predecir acontecimientos futuros. La adivinación es una guía para tomar decisiones con mejor criterio en el presente y anticipar cosas que sucederán. A lo largo de la historia se han utilizado muchos y muy diferentes sistemas para tratar de ver el futuro, desde la observación del comportamiento animal, los movimientos de las estrellas y planetas, lectura de runas, consultas al Oráculo, y así un largo etcétera.
En tiempos antiguos la adivinación se entendía como una manera de conectar con el mundo de los espíritus, con los dioses o en definitiva con poderes ocultos capaces de dar respuesta a nuestras preguntas. Desde un punto de vista psicológico más moderno la adivinación permite conectar con la sabiduría y potencial de nuestra mente inconsciente.
El origen del «Libro de los cambios» (I Ching) es difuso, hay toda una serie de mitos y leyendas al respecto que no hacen si no incrementar su misterio y misticismo. El libro es ciertamente uno de los más antiguos del mundo, es anterior al año 1000 aC. Además se supone que se basa en un libro anterior de tradiciones orales del chamanismo.
El libro se usaba con propósitos adivinatorios siglos antes de que finalmente fuera codificado por la dinastía Han. Al mismo tiempo, varios comentarios se fueron agregando al texto original. El I Ching se ha usado de forma continuada hasta el presente. Es inteligente, profundo, sofisticado y con frecuencia tremendamente preciso en sus predicciones. Por eso fue adoptado con tanta pasión por los occidentales y fascinó a psicólogos como C.G. Jung, el físico Wolfgang Pauli, y el escritor Hermann Hesse.
Filosofía del I Ching
La idea central tras el I Ching es la del flujo o cambio. Todas las cosas cambian con el tiempo, incluidos los sucesos que afectan a las personas. Nacemos, nos desarrollamos, decaemos y al final morimos para renacer de alguna manera. Estudiando los cambios, podemos reconocer patrones dentro de esos cambios y deducir cosas. Igual que por ejemplo a través de la observación de cambios hemos aprendido a conocer con anticipación cuando saldrá o se pondrá el sol, cuando empiezan o terminan las estaciones, las fases de la luna. De la misma manera podemos anticipar los cambios en las etapas de la vida de las personas. En el cambio además interviene una relación de opuestos, el Yin y el Yang.
El Yang se corresponde con el movimiento, con fuerzas activas, creativas y expansivas.
El Yin sería la parte receptiva, mutable, la forma que se contrae.
Todo cambio se debe entender en términos de la relación entre el Yang y el Yin. Cuando Yin y Yang están equilibrados, entonces experimentamos armonía en nuestras vidas. Si vivimos tratando de mantener ese equilibrio y esa armonía en nuestras vidas entonces se dice que estamos viviendo de acuerdo al Tao, el camino de la vida. Hay además una realidad más allá del Yin y el Yang, el T’ai Chi (El absoluto).
I Ching: Hexagramas
El Yang y el Yin se representan en el I Ching por lineas completas y lineas rotas.
Cuando se usa el Oráculo I Ching, estas lineas se utilizan para crear lo que se llaman Hexagramas (Figuras hechas con 6 lineas)
Los hexagramas se construyen y leen de abajo a arriba siempre. Cada linea en un hexagrama puede ser del Yang o Yin. Las diferentes combinaciones posibles dan lugar a 64 hexagramas distintos. Para propósitos adivinatorios, cada diferente hexagrama y cada linea dentro de un hexagrama tiene su particular significado oracular.
Cada hexagrama además se compone de dos Trigramas, figuras de tres lineas.
Cada trigrama tiene su significado, el de arriba referido a lo externo y el de abajo a lo interno del aspecto descrito por el hexagrama.
Hay 8 trigramas posibles y cada uno tiene un significado tradicional.
I Ching: Monedas
Tradicionalmente, los hexagramas del I Ching se construían lanzando tres monedas 6 veces, o siguiendo un complicado procedimiento que precisaba usar 50 tallos de milenrama.
Ambos métodos se basan en la presunción de que que la caída «aleatoria» de las monedas o la rotura de los tallos refleja la naturaleza de la cuestión que se quiere dar respuesta.
El oráculo de la moneda es el que más se utiliza por una cuestión de comodidad, es más rápido. Sin embargo el proceso con los tallos de milenrama se considera más auténtico y fiel a la filosofía del I Ching. Además las matemáticas confirman que la singularidad del método de los tallos es más consistente con la teoría subyacente del I Ching.
I Ching Gratis
Y ahora después de dicho todo lo anterior, la colleja en el cuello para quienes juegan con estas cosas de manera frívola. El I Ching es una cosa muy seria, es una filosofía y más cosas también, pero desde luego no es lo que veo que ofrecen por ahí. ¿En serio? ¿Una aplicación online me va a predecir el futuro dándole mis datos? Basta hacer una búsqueda en Internet de la palabra I Ching para encontrar montones de webs ofreciendo lecturas gratis de I Ching, I Ching en linea, I Ching del amor, I Ching online, cosas así que ya suenan mal.
Como dije en el artículo del Tarot de hoy gratis, espero sinceramente que nadie se tome en serio esas webs, porque nada tienen que ver con lo que es el auténtico I Ching. Las predicciones que hacen no son más que un frívolo chiste, la respuesta aleatoria dada por las lineas de código de un programa alojado en un servidor de Internet.
A quien quiera descubrir más cosas sobre I Ching le recomiendo la lectura de algún buen libro de iniciación. Hay mucha y muy buena literatura al respecto de autores que son eminencias en el tema. Incluso es posible encontrar libros de I Ching en PDF para descargar en Internet que son de dominio público. Incluso copias y traducciones del libro del I Ching original. Os dejaré una lista otro día porque da para otro artículo, prometido.